Promover la eficiencia energética constituye el primer paso para la
transición hacia una economía verde. Por ello, es necesario innovar la
manera en que consumimos energía y fomentar acciones técnicas y regulatorias para el ahorro de energía. Con ello, reduciremos costos económicos, sociales y
ambientales.

Es prioritario contrarrestar los efectos de esta amenaza medioambiental, social, de salud, como económica. La economía verde representa una oportunidad para transformar la dinámica de la gestión del medio ambiente y la mitigación del
cambio climático. La sociedad en su conjunto, tenemos la solución.

Fomentar la utilización de aquellas fuentes de energías que en su proceso de extracción, procesamiento y distribución generan nulos o reducidos impactos ambientales, estas incluyen todas las energías renovables y el gas natural.

Las ciudades son centros de desarrollo económico, social y cultural; y es precisamente en estos sitios donde resulta fundamental fomentar no solo el
uso de tecnologías, sino la participación en la toma de decisiones económicas, sociales y ambientales para acelerar el desarrollo económico sostenible, la resiliencia y la calidad de vida.

Desarrollar estructuras físicas y organizativas que mejoren la capacidad de la naturaleza, para facilitar bienes y servicios ecosistémicos múltiples y valiosos, tales como el agua o el aire limpios, para mejorar la calidad de nuestras vidas.

Fomentar el ahorro, uso eficiente y reutilización de los recursos hídricos
disponibles a través de la innovación tecnológica. El uso sustentable de los
recursos hídricos se encuentra en el centro del desarrollo sostenible.

Implementar una movilidad capaz de satisfacer las necesidades de la sociedad,
de moverse libremente, comunicarse, comercializar o establecer relaciones sin
sacrificar otros valores humanos o ecológicos básicos actuales o del futuro

Gestionar de manera integral los residuos generados en las casas habitación y/o empresas, que resultan de la eliminación de los materiales que utilizan en sus
actividades domésticas o industriales, de los productos que consumen y de sus envases, embalajes y empaques.

Fomentar la adopción de tecnologías verdes y energías limpias en el desarrollo agrícola, así como detonar el mercado de los biocombustibles, para el desarrollo
agroindustrial sustentable.

Con ello se fomentará la inclusión social y se abatirá la marginación y pobreza energética.